Cosa Fina

14 octubre 2006

Educación


"Una educación femenina, no ya intelectual, sino “intelectualista” o, como se suele decir, meramente “cerebral”, con prejuicio de la sensibilidad, sería monstruosa… y suicida. Pero es imposible, y los hechos lo están demostrando. Cada año salen más muchachas con un título flamante de las Facultades y cada año se celebran más bodas. Y hay más hijas abnegadas y más matrimonios felices" (vol. I, p. 326).