Sigue sorprendiéndome la correlación que existe entre una práctica tan aparentemente elitista y refinada, como es el ballet, y los aspectos más mundanos y vulgares del día a día.
Recuerden, si no, la mítica fusión de Dragon Ball y reconozcan que, alguna vez, han hecho
como éstos.
Y es que no hace falta ser bailarina para ejecutar estos movimientos, aunque ellas lo hagan con mucha más elegancia.
Etiquetas: danza, dibujos, televisión
5 Comentarios:
Todo el mundo de mi generación veía Dragon Ball y yo estaba hasta las balls.
Por otro lado, creo que lo que muchos quieren es fusionarse con las bailarinas. Vamos, más en general les digo yo una cosa: que los tíos que ven ballet... o eso, o son maricones y entonces también bailan. Como en el Billy Elliot ese.
El ballet sólo son una sarta de gilipolleces acompasadas, dejémonos de hostias.
Y no lo digo porque sea un rudo leñador, sino por la pura objetividad que me confiere la calidad de demiurgo en funciones.
Vaya sucesión de movimientos absurdos, ridículos e tontos.
Ahora la pata pa quí ahora la pata pa llá....joder, qué parida.
Y además no tiene nada que ver con la sensibilidad sino con la ñoñería llevaba a extremo. (Servidor es más sensible que el cuernillo de un caracol, pero por ahí no pasa.)
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Ah, oiga, doña, he puesto una foto fina en la portada de mi fashion page. Véala. Es wala wala de la muerte.
(Quizás ustedes aún no, pero yo puedo decir con orgullo que ya tengo un pasado.)
A sus feet mileidi heidi.
¿Debo entender que el hombretón que aparece espatarrado y con sombrero es usted? ¿Pero no decía que el ballet es de ñoños?
Lo fui, lo fui, en mis verdes años.
Y no hacía el bailarín sino el superhéroe.
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